viernes, 29 de enero de 2010
Fuimos solo uno
Se inhalaba deseo entre miradas,
el corazón latía más y más rápido
hasta que me alcanzaron tus labios
Recorrían tus manos mi espalda,
haciéndome vibrar en sensaciones,
la pasión nos envolvía con caricias
Caía la ropa cual hojas del otoño,
bebiendo de tu cuerpos y el mío,
el dulce sabor amor, embriagante.
Aumentaban las respiraciones,
el aire insuficiente para ambos
y ya mareados derrumbamos
A una cama repleta de rosas,
jugando entre pétalos suaves,
ese día fuimos uno los dos…
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