jueves, 28 de enero de 2010
Maquinaciones
Estallan sueños en la gran ciudad,
despistándose en el movimiento
de personas y caos de vehículos.
Se respira el llanto de las avenidas,
embalsamando quejidos del viento,
inutilizándome en medio de la nada.
Mientras dulces miradas inocentes,
desvanecen al resonar de campanas
anunciando el abandono de ángeles
Por inherente anhelo de los hombres
de parecerse a Dios y negar la vida
soslayando la epidemia del hambre
Se consumen personas en la adicción
del devorador monstruo de la moda,
embriagando a todos la apariencia...
En tanto la presión empapela calles,
llenando con falsedad e hipocresía,
la sumisión ante la falta de justicia.
Así contemplo el deslucir del futuro,
la masacre que acontece en los días,
en eterna pregunta de mi existencia.
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